
Desde ese momento Carlos, que tiene 48 años y perdió más de 20 kilos por la mala alimentación, pasó cuatro meses en la cárcel de Sierra Chica y tres en Olmos. Luego fue trasladado a la cárcel de Alvear, estuvo varios meses y ahora, después de muchos trámites y acciones de lucha, logramos que lo acerquen a sus amigos, familiares y compañeros, ya que lo trasladaron al penal de Melchor Romero en las cercanías de La Plata.
Jonatan, el hijo menor de Carlos Olivera, junto a la comisión directiva del SITRAIC y otros sectores obreros, populares y defensores de los derechos humanos están impulsando una campaña por su libertad, que empieza por exigirle a las autoridades que se lo deje de considerar un preso “común”.
Carlos Olivera es un preso político ya que es un luchador obrero y socialista perseguido por la justicia que defiende los intereses de los grandes empresarios y los burócratas, que como Gerardo Martínez, trabajan para el enriquecimiento de las grandes patronales, frenando las luchas y aplastando la democracia sindical mediante la utilización de alcahuetes y patoteros.
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